Al principio fueron pequeños viajes ,pero con el tiempo se sumaron los kilómetros y las experiencias se multiplicaron . Cada nuevo lugar me enseñaba algo diferente, desde los imponentes paisajes hasta los pequeños gestos de amabilidad que encontraba en personas desconocidas.
Viajar me cambió la vida, con 35 años de casada y dos hermosas hijas ya adultas puedo decir que fué y es una decisión de vida y soy feliz por haberlo logrado a pesar de equilibrar el trabajo,la crianza de los hijos, la universidad,etc. que no es tarea fácil pero si enriquecedora.